El presidente de la Generalitat y candidato del PSPV a la reelección, Ximo Puig, ha optado por una estrategia de perfil bajo y ha decidido limitar su presencia en los debates de campaña a solo dos citas: la organizada por la Cadena Ser y la que celebrará la televisión pública autonómica À Punt. Con esta decisión, el líder de los socialistas valencianos rechaza participar en al menos tres encuentros donde su presencia había sido solicitada: RTVE, Prensa Ibérica (Levante-EMV, Información y Mediterráneo) y Las Provincias-Cope.
Esta táctica de esconderse de los valencianos se enmarca dentro de la estrategia de Puig de evitar generar un clima de precampaña y apurar todos los hitos de gestión hasta la recta final de la legislatura. El objetivo es evitar una posible movilización alta por parte de los votantes del bloque conservador. Además, el presidente de la Generalitat y su equipo creen que la ausencia de un clima de crispación y polarización en la Comunitat Valenciana puede favorecer la idea de continuidad en la figura presidencial de Puig.
Otra razón que podría estar detrás de esta estrategia es la posibilidad de que una baja participación (menor que el casi 74% de 2019) beneficie al bloque de izquierdas, según consideran algunas fuerzas políticas, incluido el PSPV y Compromís.
Desde el entorno del presidente se argumenta que es más rentable para Puig emplear el tiempo que requiere la preparación para los debates en visitar el mayor número de municipios relevantes posible. También se considera que cada debate brinda una oportunidad para el principal candidato de la oposición, Carlos Mazón (PPCV), de darse a conocer, lo que se magnifica si Puig participa como interlocutor.
Además, en el PSPV se valora el riesgo de sobreexposición en estos debates. Según fuentes del partido, Puig «es el que más tiene que perder en un debate» y el que corre «más riesgos». Al limitar su participación a solo dos debates, se minimizan las posibilidades de cometer deslices.
Esta decisión de Ximo Puig de evitar la mayoría de los debates y mantener un perfil bajo en la campaña electoral deja entrever su intención de ocultarse de los valencianos en un momento crucial para la Comunitat Valenciana y sus ciudadanos.