La Unió Llauradora, en su decidida ofensiva contra las inconsistentes políticas de importación de la Unión Europea, insta a la UE a no dar el visto bueno a las importaciones de productos de terceros países tratados con Clorpirifos y Metil clorpirifos; sustancias cuyo uso no está permitido en nuestro territorio. ¿Es lógico que se nos pida abstenernos de usar ciertos pesticidas mientras se permite la importación de productos rociados con los mismos venenos?
La Unió, lejos de quedarse de brazos cruzados, ha hecho llegar su llamado al Ministerio de Agricultura para que intervenga y aplique presión en Bruselas. La sugerencia es que el Gobierno de España tome nota de lo que ya ha hecho Francia con el fosmet y las importaciones de cerezas: prohibir su entrada al país durante un año si provienen de lugares donde está permitido el uso de dicho insecticida.
«No puede ser que exista barra libre para los terceros países a la hora de entrar con sus productos en los mercados europeos, mientras aquí nosotros hacemos esfuerzos en la reducción del uso de pesticidas que nos han provocado más dificultades para controlar las plagas y mayores costes productivos que debemos asumir», sentencia Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ.
Un informe de La Unió, basado en datos oficiales, ofrece el respaldo cuantitativo a estas preocupaciones, al revelar que en los últimos dos años se han detectado en la Unión Europea un total de 372 alertas con presencia de Clorpirifos y Metil clorpirifos en productos provinentes de terceros países. Las cifras se desglosan en 67 alertas hasta mayo de este año, 192 durante el 2022 y 113 desde mayo hasta finales de 2021.
La entrada de estos productos contaminados con Clorpirifos y Metil clorpirifos genera una competencia desleal para nuestros agricultores, quienes, limitados por restricciones más estrictas, enfrentan crecientes costos de producción y pérdidas evidentes en la calidad de la fruta que llega al mercado.
Es inconcebible que se retiren del uso ciertos fitosanitarios en la producción europea y que luego nos los podamos encontrar en los productos que importamos. Eso es engañar y jugar con la salud de los consumidores europeos. LA UNIÓ exige un análisis de riesgo de las importaciones de productos tratados con sustancias no autorizadas en la UE y que, en base a los resultados, se adopten las restricciones necesarias para proteger la salud de los consumidores y evitar la distorsión del mercado.
Hablamos de defender los intereses de nuestros agricultores, la salud de los consumidores y la coherencia de las políticas agrícolas y de importación de la Unión Europea. No podemos permitir que nuestros esfuerzos por mantener prácticas agrícolas sostenibles y seguras se vean socavados por la importación de productos tratados con pesticidas prohibidos en nuestro territorio.