Como se preveía, VOX ha decidido votar en contra de la investidura de Fernando López Miras en Murcia, dejando al Partido Popular con una sensación de agridulce soledad. En este extraño ballet de la política regional, VOX no se muestra dispuesto a facilitar una investidura que ya preveía una derrota anticipada, sin un cambio de parecer y sin su merecida representación en el Gobierno.
La estrategia política parece ser clara, pero el Partido Popular se obstina en negar la realidad. A pesar de tener a su lado al 43% de los electores, López Miras no logró ser investido presidente de la Región de Murcia. Necesitaba solo dos votos más para alcanzar su objetivo, pero una vez más, el PP chocó contra la negativa de VOX.
La lógica es simple y clara: «Debemos entrar en el Gobierno para que se cumplan las medidas de nuestros votantes«, sentenció José Ángel Antelo, líder de VOX Murcia. Antelo ha dejado clara la postura de su partido, manifestando su disposición al entendimiento, pero sin chantajes ni mentiras.
Es cierto que el tono cordial del líder de VOX no escondía su postura firme. Para él, y para VOX, la negociación debe ser justa, política y representativa, algo que el Partido Popular parece no entender o no querer entender.
Por otro lado, las palabras de María Marín que tildó a los populares de ultraderecha y a los de VOX como «fachas por oportunismo» evidencian una mirada sesgada y superficial de la política. La realidad es que no se trata de oportunismo, sino de representar a quienes les votaron, algo que VOX ha demostrado comprender.
El Partido Popular tiene que entender que los tiempos han cambiado. El verdadero enemigo no es VOX, sino una política que niega la representatividad y que se obstina en mantener el statu quo. Si el PP desea alcanzar sus objetivos y mantener su mandato, tendrá que abrir las puertas al entendimiento, al dialogo y a la representación justa.
Para finalizar, es necesario resaltar las palabras del líder de VOX Murcia, José Ángel Antelo, quien en un tono conciliador y firme ha sugerido a López Miras que recapacite y que haga entrar en razón a Feijóo o que se independice de él. En la política no hay enemigos, sólo diferentes formas de ver y hacer.