domingo, 29 septiembre, 2024

Una votación crucial sobre la restauración de la naturaleza desata un clima tenso en el Parlamento Europeo

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Iain Gillen
Iain Gillen
Soy Iain Gillen, nacido en la pintoresca ciudad de Cody, Wyoming, pero he pasado gran parte de mi vida en la vibrante y política capital de los Estados Unidos, Washington D.C. Me enorgullezco de ser periodista e historiador especializado en política internacional y relaciones institucionales. Mi carrera me ha llevado a trabajar en prestigiosos periódicos estadounidenses y en estrecha colaboración con lobbis económicos y políticos de ideología republicana en Estados Unidos. Desde 2021, resido en España, donde he combinado mi trabajo con colaboraciones para el medio de comunicación digital de noticias y podcast Eco de Libertad. Soy miembro del Partido Republicano, un defensor apasionado de las ideas conservadoras y un crítico acérrimo de las políticas WOKE y demócratas que se están llevando a cabo en Estados Unidos y cómo afectan al resto del mundo. Mi español es bastante fluido, aunque considero lo escribo mejor que lo hablo. Actualmente, comparto mi tiempo entre las hermosas ciudades de Barcelona y Madrid, donde trabajo, pero siempre encuentro tiempo para escaparme a mi casa de verdad, en Denia, una joya de lugar.

En las puertas de una jornada clave en el Parlamento Europeo, donde se discute una nueva ley de biodiversidad de la UE, los ánimos se han caldeado hasta desencadenar un rifirrafe dialéctico que ha marcado el día.

En la política, es conocida la tendencia a agudizar las posturas conforme se acerca una cita electoral. En este caso, una alianza de derechas liderada por el Partido Popular Europeo, el grupo más numeroso del Parlamento, está haciendo todo lo posible por frenar una ley de restauración de la naturaleza enmarcada en el Pacto Verde que propone la Comisión Europea, preocupada por las implicaciones que esta pueda tener en el crecimiento económico.

Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo, defendía este punto de vista con vehemencia: «En los próximos cinco años debemos preocuparnos mucho por nuestra base industrial… por lo que tenemos que gestionar los grandes cambios necesarios de tal manera que no perdamos poder económico».

La votación, prevista para el miércoles al mediodía, se prevé muy reñida. Pascal Canfin, eurodiputado francés del partido Renew, quien preside el comité medioambiental y aboga por un compromiso que se acerque más a la postura adoptada por los países de la UE, expresó su incertidumbre: «Estamos en una zona gris, si la votación tuviera lugar ahora mismo, no sabría cuál sería el resultado».

Mientras en el interior del Parlamento los dardos verbales volaban, en el exterior, decenas de tractores respaldaban la protesta de los lobbies agrícolas contra la ley, mientras activistas climáticos, incluyendo a la conocida Greta Thunberg, exigían su aprobación.

En este contexto, el eurodiputado socialista César Luena, autor de la posición del Parlamento, acusó al Partido Popular Europeo de ser una fuerza «reaccionaria», a lo que Christine Schneider del EPP respondió que su grupo estaba siendo objeto de «falsas acusaciones», insistiendo en su apoyo al Pacto Verde.

En palabras de Canfin: «Lo último que queremos es que triunfen las fake news y el populismo de extrema derecha, porque eso es exactamente lo que nos amenaza hoy».

El partido Renew se encuentra dividido sobre el asunto, lo que ha llevado a Manon Aubry, líder del grupo The Left, a culpar a este partido por la incertidumbre en la votación. Stéphane Séjourné, líder de Renew, intentó minimizar las divisiones en su grupo, asegurando que aproximadamente el 70% de sus legisladores respaldan el proyecto de ley.

La votación se espera tan ajustada que cualquier ausencia podría ser determinante. Así, el Partido Popular Europeo podría ver mermados sus apoyos por la baja de Jeoren Lenaers, parlamentario holandés que acaba de ser padre. Además, los legisladores catalanes Carles Puigdemont y Toni Comín, defensores de la ley, no podrán viajar a Estrasburgo para emitir sus votos debido a que dos sentencias judiciales recientes han levantado su inmunidad parlamentaria.

Mientras tanto, Virginijus Sinkevičius, Comisionado de Medio Ambiente, ha insistido en que la Comisión «sigue 100% comprometida para convertir esta propuesta en ley».

Este esperado pulso legislativo es el último ejemplo de cómo, en tiempos de urgencia ecológica, las fuerzas políticas deben buscar un equilibrio entre proteger nuestro futuro y mantener el poderío económico. Con independencia del resultado, será la muestra de que la defensa del medio ambiente se ha convertido en un tema central y controvertido de la agenda política europea.

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