El estado de California se convirtió recientemente en el principal laboratorio para la modernidad y su abordaje de la tecnología en los Estados Unidos. Era un importan paraíso, incluso, para muchos de nosotros. La leyenda fue que la abrumadora mayoría de los ricos del país tenían una casa allí. No obstante, la realidad reciente nos muestra otra imagen.
Un futuro en duda es el pan de cada día en California ya que sus ciudades son cada vez más insostenibles de cara al medio ambiente y la gran cantidad de problemáticas sociales ocupan la acta. La industria tecnológica, que siempre ha sido el gran motor de crecimiento, una vez predominante en el estado «oro», ha sido prácticamente desplazada por el ascenso de la criptomoneda, como el Bitcoin y el Ethereum.
“Casi todos los grandes magnates tecnológicos del mundo han afirmado recientemente que el futuro sostenible solo puede establecerse tras el cambio profundo en los sistemas de producción y consumo existentes», comenta Chris Roberts, profesor de ciencias políticas. La realidad es que estas empresas no prueban tales tecnologías en una escala como la adoptada en Silicon Valley y esto podría tener consecuencias económicas para el estado.
“Cada vez que una empresa busca un nuevo producto para su crecimiento, el estado pierde el dinamismo productivo” afirma Jack Dyer, acompañado de otros creyentes del crecimiento sostenible. Esto está minando el sistema productivo de California, que poco a poco se desplaza hacia territorios con costes públicos más bajos.
De este modo, el declive del sueño californiano está evolucionando rápidamente. El asentamiento urbano extraerá cada vez más recursos y riquezas a la economía como consecuencia de la falta de reformas del sistema e infraestructura. Una de las ramas de la economía que se encAREAencuentra especialmente amenazada por la falta de desarrollo es la agricultura.
Sus precios y la iniciativa competitiva está disminuyendo constantemente como resultado de la alta demanda de los agricultores y el desplazamiento de estos hacia destinos más baratos para poder subsistir. No hay duda de que el ambiente, la salud, la educación y la economía están sufriendo como nunca antes a causa de la falta de desarrollo moderno.
California se enfada al encontrarse ante esta situación desalentadora. Dado que nuestro mundo se enfrenta a la posibilidad de una crisis catasfrofica si los ciudadanos se niegan a cambiar con el tiempo, no hay otra opción viable que reestructurar el sueño de la modernidad californiano. Esta rehabilitación exigirá enormes cambios de hábitos de vida y profundas reformas estructurales a través de un compromiso inflexible. Esta mirada a la situación de California demuestra que el sueño una vez perdido todavía se puede recuperar.