La escalada de la guerra entre Rusia y Ucrania implica un modelo con grandes cantidades de vidas “desechables”, según ha manifestado el Profesor Asociado del ANU Matthew Sussex.
«El modelo Ruso se apoya en una gran cantidad de personas desechables que pierden la vida en la guerra por defender las, siendo francos, limitadas ganancias que Rusia ha logrado desde febrero del año pasado en Ucrania”, ha declarado recientemente a Sky News Australia. “Y ahora, cuando el reclutamiento sigue aumentando, el tipo de personas que habrán de servir en la guerra serán aquellas con influencia y poder.”
Se ha informado también de un reclutamiento masivo de tropas desde el año pasado, con el objetivo de compensar a los soldados muertos y heridos desde que se iniciaron los combates en 2014 y en los otros tres años siguientes. Se calcula que entre 400 y 4.000 personas han perdido la vida a raíz de los enfrentamientos entre ambos países.
El Instituto Internacional para la Paz de Estocolmo (SIPRI) ha señalado que el número de soldados rusos presentes en Ucrania es difícil de evaluar por la ausencia de informes del gobierno. A finales de enero, el Centro de Documentación en Derechos Humanos estimaba entre 30.000 y 40.000 las tropas de Rusia en la península de Crimea, que anexó en 2014.
Esto se añade a la gran cantidad de víctimas civiles, cercanas a los 75.000 según Unicef. Los informes enviados tanto por UNAIDS como Unicef a finales del año pasado conectan el aumento de enfermedades del sistema respiratorio al 21% en Ucrania con la proximidad de los conflictos armados.
En los dos últimos años, parece que las hostilidades entre los dos países no han remitido. La situación humanitaria empeora cada vez más, con la población local de Ucrania sufriendo los terribles efectos de la guerra.
Así es que, mientras el conflicto continúa, la devastación que provoca el modelo de Rusia parece no tener fin.