Este último estudio del IBM Institute para el Valor de los Negocios arroja una sombría visión del futuro el cual enfrentamos, un futuro donde 1.400 millones de personas se verán obligadas a volver a formarse para adaptarse a los avances tecnológicos. La enorme cantidad de trabajos que se prevén automatizados añadidos a los efectos de la pandemia nos retan a que nos preguntemos, ¿estamos frente a la necesidad urgente de invertir en una revolución educacional global?
La inteligencia artificial es ya protagonista en nuestras vidas, desde servicios de atención al cliente extensivamente automatizado hasta soluciones applied learning para entornos donde el acceso a la educación en línea está acelerándose. Si bien es cierto que el papel de la IA en la economía global no está operando al unísono, se observan enormes diferencias, la brecha digital ya existente se ve profundizada de forma drástica.
A medida que los cambios tecnológicos afectan al mercado laboral, resulta determinante el concepto de educación a lo largo de la vida como guía de carrera para un buen número de adultos – un porcentaje que aumenta si se considera la pandemia de 2020. Las grandes entidades buscan cada vez mayor compromiso para el aprendizaje continuo de sus trabajadores, destacando el pilar económico de la transformación digital.
Los retos de la revolución de la educación son enormes para aquellos países con menores niveles de desarrollo económico. Estas diferencias hacen aún más evidente la importancia de la aportación de empresas y donaciones de gran formato para poder ofrecer opciones de educación asequibles e inclusivas.
El progresivo peso de la inteligencia artificial pone en un aprieto los mercados laborales, especialmente cuando una pandemia trastoca el empleo de millones de personas. ¿Cómo podríamos abordar esta turbulenta coyuntura? Fortaleciendo la inversión en educación para futuras generaciones y adaptarse a los cambios en la automatización y la transformación digital. Es necesario replantear nuestra relación con el aprendizaje desde varias perspectivas para un futuro mejor.
En definitiva, abrazar el concepto de aprendizaje continuo es un punto de inflexión para una generación que se identifica con la tecnología, la IA y los avances del mundo digital. Es necesario no solo entender los cambios tecnológicos y las oportunidades que abren, sino también la innovación educativa y las políticas laborales para modernizar un mercado trastocador por la IA.