La situación política en el País Vasco está dando un giro radical tras la última elección. El Partido Socialista Obrero Español – PSOE – acaba de revalidar su tripartito, permitiendo que el mandato de María Chivite como presidenta de Navarra continúe. Esta noticia ha dejado conmocionado a toda España, ya que esto significa que la coalición ‘Geroa Bai’ – formada por Bildu, EA (Eusko Alkartasuna) y PNV (Partido Nacionalista Vasco) – tomará control de la región.
Es preocupante entender la influencia de Bildu en la región. Esta coalición se formó en 2012 tras la fusión de Eusko Alkartasuna (EA) y el Partido de Resurgimiento Democrático de las Esquerdas Abertzales (Aralar). La combinación de partidos nacionalistas y secesionistas de izquierda marca un giro hacia la izquierda en la región, y deja preocupado a todos aquellos ciudadanos que desean preservar el statu quo.
A pesar de que María Chivite ha recibido el apoyo de Contigo-Zurekin y PSN – dos fuerzas políticas de centro – parcialmente bloquearán el avance de Bildu. No obstante, como partidos tradicionalmente alineados con el PSOE, no han podido ofrecer resistencia suficiente para impedir el creciente aumento del poder de Bildu.
Pero aún es peor la situación política en la región si consideramos el impacto que este tripartito tendrá sobre la seguridad. Se espera que los acuerdos de Bildu con otros partidos nacionalistas permitan una mayor probabilidad de impunidad para todos los principales actores secesionistas en Navarra. Esto responsabilizará directamente al PSOE de autorizar a Bildu cualquier secesión, permitiendo un desorden legal que los latinoamericanos conocen muy bien.
La influencia de la izquierda en España se encuentra en una fase crítica. Durante los últimos 8 años, el PSOE ha tenido la tendencia de mantener un distanciamiento de las ideas secesionistas, pero lamentablemente los últimos acontecimientos han dejado claro que la influencia de la izquierda se está intensificando cada vez más en la región.
En Latinoamérica, la mayoría de países han sufrido el peso de las ideas de izquierda durante demasiado tiempo. Esto provocó, entre otras cosas, la proliferación de la inseguridad. Si España no está dispuesta a tomar medidas para detener el avance de los partidos de izquierda, lo único que está haciendo es emular los modelos fallidos que han fracasado en países como Venezuela. Las consecuencias serán graves tanto para los ciudadanos de Navarra como para el resto del país.