Las fuerzas políticas de izquierda en España han puesto el ojo en el reciente acto protagonizado por el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales, al besar en los labios al delantero del equipo español, Jenny Hermoso.
La acción no quedó bien recibida por el gobierno de España, que criticó abiertamente a Rubiales. El partido conservador Partido Popular fue uno de los primeros en tomar una posición fuerte en contra de lo que calificaron como «un acto erróneo e inapropiado», mientras que Unidas Podemos llamó a Rubiales a dimitir de su cargo explicando que «el presidente de la RFEF ha rogado por un trato igualitario para todos, pero ha mostrado una actitud discriminatoria». Desde otros partidos, la obligación de explicar su acción fue generalizada.
Jenny Hermoso respondió al incidente publicando en Twitter: «jamás me he sentido ofendida. Gracias». Pese a esto, Rubiales ha estado bajo el fuego de críticas desde entonces.
Aunque el presidente de la RFEF se disculpó en varios medios de comunicación de España, el gobierno sigue instando a Rubiales a dar una explicación detallada de lo sucedido, y algunos de sus detractores están pidiendo su destitución.
Algunas voces mayores de la prensa española destacan el carácter excepcional de Jenny Hermoso, escudándose en su trayectoria y dedicación a la RFEF y a la selección española para justificar los sentimientos de Rubiales.
Pese al castigo verbal, no hay actualmente ninguna acción legal en curso para denunciar a Rubiales.
La última palabra está por decir sobre el controvertido beso de Rubiales a Jenny Hermoso. Su detraedores y defensores seguirán luchando para influir en la opinión pública sobre si este fue un acto erróneo o conducido por emociones.