Las recientes tormentas que asolaron la región de Valenciana, acompañadas de lluvia, pedrisco y potentes vientos, han dejado un impacto económico de 9,8 millones de euros en aproximadamente 8.000 hectáreas de tierras de cultivo.
Una vez más, la zona más golpeada ha sido la comarca de Utiel-Requena, acumulando el 86% de los daños. Se estima que unas 6.500 hectáreas resultaron afectadas, principalmente en localidades como Villargordo del Cabriel, Fuenterrobles, Venta del Moro, Caudete de las Fuentes y Utiel.
El cultivo más afectado ha sido la uva de vinificación, registrando el 65% de las pérdidas. Siguiéndole de cerca, el olivar y el almendro con el 14% de las pérdidas para cada uno. Cultivos como los cítricos, hortalizas y variedades tempranas de arroz también han sido impactados, aunque en menor medida.
Es crucial señalar que las lluvias, aunque devastadoras en algunos lugares, ofrecen un alivio para los cultivos de secano, como las viñas y almendros. Ayudan a paliar el estrés hídrico, ahorrar en riegos y limpiar los árboles ante la amenaza de posibles plagas.
Tras este episodio, LA UNIÓ hará un llamado a implementar medidas que compensen a los agricultores afectados. Han solicitado al conseller de Agricultura, José Luis Aguirre, que se reúna con organizaciones agrarias para evaluar los daños y establecer estrategias de apoyo. Entre las medidas propuestas por LA UNIÓ, destacan la agilización de peritaciones, concesión de ayudas directas, condonación del IBI y la bonificación de las cuotas de la Seguridad Social durante un año.
Los daños a la infraestructura agrícola son evidentes, pero los efectos a largo plazo de estos episodios climáticos son aún más preocupantes. Sin intervención, las repercusiones para la economía regional y para el sustento de miles de agricultores pueden ser catastróficas.