La reciente noticia sobre las promesas incumplidas del Gobierno de Pedro Sánchez en materia de vivienda, que llegan a un total de 213.000 viviendas prometidas sin entregar una sola llave, es solo un ejemplo más de la triste realidad que vivimos en España: una política basada en promesas vacías y mentiras que salen baratas. Y lo que es peor, un cuarto poder, los medios de comunicación, que no ejercen la crítica y fiscalización necesaria, dejando en evidencia un estado fallido.
Como ciudadanos, nos enfrentamos a un panorama desolador. La falta de responsabilidad y compromiso de nuestros políticos no hace más que generar desconfianza y desesperanza en la sociedad. Las mentiras y promesas incumplidas se han convertido en el pan nuestro de cada día, y lo más preocupante es que esta situación no parece tener un final cercano.
Esta realidad exige una regeneración tanto en el ámbito político como en el mediático. Necesitamos políticos que cumplan con sus promesas, que digan la verdad y que no piensen únicamente en revalidar sus cargos. Es imperativo contar con líderes que trabajen por el bien común de España y de todos sus ciudadanos, que se preocupen por la prosperidad, el futuro y las generaciones venideras.
Pero la responsabilidad no recae únicamente en los políticos. Los medios de comunicación tienen un papel fundamental en la construcción de una sociedad informada y crítica. Si no cumplen con su propósito y se limitan a ser meros panfletos publicitarios, estamos abocados a un abismo de desinformación y manipulación.
El futuro de España y de los españoles está en juego. No podemos permitirnos continuar por este camino de incompetencia y mentiras. La regeneración política y mediática en España es una necesidad urgente, y solo a través de la exigencia y el compromiso de todos, podremos lograr un cambio real y duradero. Es hora de tomar cartas en el asunto y luchar por un país en el que la verdad, la transparencia y el trabajo en pos del bienestar de todos sean la norma y no la excepción.