Fracaso porque no logramos acabar con el hambre en el mundo o porque no parece importarle a nadie… o por las dos. Sea como fuera las cifras sonrojan y entristecen nuestra pertenencia al ser humano.
En un alarmante informe elaborado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU)*, se revela que el mundo está fracasando en su lucha para acabar con el hambre a nivel global.
Las cifras publicadas por la ONU son escalofriantes. En 2021, hasta 828 millones de personas sufrieron hambre, lo que supone un aumento de 46 millones de personas con respecto al año anterior y 150 millones más que en 2019. Además, el porcentaje de personas afectadas por el hambre aumentó al 9.8% de la población mundial, en comparación con el 8% registrado en 2019 y el 9.3% en 2020.
La inseguridad alimentaria también ha experimentado un aumento preocupante. En 2021, alrededor de 2.300 millones de personas en el mundo (29.3% de la población) se encontraban en situación de inseguridad alimentaria moderada o grave, lo que significa 350 millones de personas más que antes del brote de la pandemia de COVID-19. Además, 924 millones de personas (11.7% de la población mundial) enfrentaron niveles graves de inseguridad alimentaria, un aumento de 207 millones en tan solo dos años.
En 2020, casi 3.100 millones de personas no pudieron permitirse mantener una dieta saludable, lo cual representa 112 millones más que en 2019. Esto se debe en gran parte a la inflación de los precios de los alimentos y a las repercusiones económicas de la pandemia.
El hambre de los niños
Uno de los aspectos más alarmantes del informe es el impacto del hambre en los niños. Se estima que 45 millones de niños menores de cinco años padecen emaciación, la forma más mortífera de malnutrición, lo que aumenta hasta 12 veces el riesgo de mortalidad infantil.Además, 149 millones de niños menores de cinco años sufren retraso en el crecimiento y desarrollo debido a la falta crónica de nutrientes esenciales en su dieta, mientras que 39 millones tienen sobrepeso.
A pesar de algunos avances en la lactancia materna exclusiva, con casi el 44% de los bebés menores de seis meses alimentados exclusivamente con leche materna en 2020, esta cifra aún está lejos del objetivo del 50% establecido para 2030. Además, dos de cada tres niños carecen de la dieta diversa mínima necesaria para su crecimiento y desarrollo adecuados.
El informe advierte que, incluso con una recuperación económica mundial, se estima que casi 670 millones de personas (8% de la población mundial) seguirán sufriendo hambre en 2030.
La guerra en Ucrania, donde están involucrados dos de los principales productores mundiales de alimentos básicos, semillas oleaginosas y fertilizantes, está perturbando las cadenas de suministro internacionales y provocando un aumento en los precios de los cereales, los fertilizantes y los alimentos terapéuticos para tratar la malnutrición infantil grave. Esto ocurre en un momento en que las cadenas de suministro ya se ven afectadas por fenómenos climáticos extremos cada vez más frecuentes, especialmente en los países de bajos ingresos, lo que plantea graves preocupaciones para la seguridad alimentaria y la nutrición a nivel mundial.
*Informe conjunto de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)