Con la calculadora en la mano y la realidad económica como testigo, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) nos descubre un escenario que de no ser por su gravedad, rozaría la incredulidad. En un informe presentado este jueves, revela que el incremento en las pensiones devorará la totalidad del crecimiento en la recaudación fiscal de 2023, complicando el camino hacia un ajuste presupuestario necesario para reducir el déficit público.
En abril, el Gobierno presentaba un compromiso de caballero ante la Comisión Europea: reducir el déficit de las cuentas públicas españolas por debajo del 3% al cierre de 2024. El propio Gobierno, con una habilidad pasmosa para el escapismo político, trasladaba la mayor parte de ese ajuste al próximo ejecutivo, dejando la verdadera prueba de hierro para el año venidero. Sin embargo, las cuentas de Airef narran una historia diferente, una en la que este objetivo podría haber sido factible este mismo año con una gestión presupuestaria más disciplinada.
«La actualización de las pensiones en función del IPC medio de 2022 (8,5%), tal y como marca la reforma legal aprobada por el Gobierno, generará a lo largo de 2023 un gasto extra equivalente a un punto de PIB y absorberá en su totalidad el impacto de la mejora sin precedentes de los ingresos fiscales«, señala el informe de la Autoridad Fiscal.
La Airef proyecta que el déficit público se reducirá a lo largo de 2023 desde el 4,8% en que cerró el ejercicio del año pasado hasta el 4,1%. Pero esta reducción no se dará por el efecto del ciclo económico, como alega el Gobierno en sus comunicados a Bruselas, sino por el repliegue de las medidas de apoyo contra el Covid que aún estaban vigentes, la retirada de algunas medidas dispuestas contra la crisis energética, y el efecto de la subida de las cotizaciones sociales decretada por José Luis Escrivá.
Podríamos haber restado un punto más de déficit gracias a la mejora de los ingresos y la reducción de gastos derivada del rebote de la economía tras la pandemia, y de la fuerte creación de nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, la factura de la subida de las pensiones desactivará ese potencial ajuste.
Las medidas contra el impacto de la inflación que el Gobierno ha prorrogado recientemente, añadirán dos décimas más al déficit, truncando la probable rebaja inercial de la previsión de déficit de la Airef. Esta gestión de la crisis energética e inflacionista, nos pasará una factura de cerca de 12.000 millones de euros a las arcas públicas. Las medidas de ingresos dispuestas por el Gobierno para sufragar esa factura, en concreto los nuevos gravámenes a banca, energéticas y grandes fortunas, solo cubrirán menos de una cuarta parte de esa factura.
En resumen, la presión por reducir eldéficit se intensifica mientras que el Gobierno opta por soluciones de parche que solo parecen agravar la situación. La luz al final del túnel parece distante, como si estuviésemos en una escalera de Escher, siempre subiendo pero sin llegar jamás al piso de arriba.
La eficacia de las medidas de gasto puestas en marcha por el Gobierno para amortiguar el impacto de la crisis sobre empresas y familias ha sido puesta en duda, no solo por la propia Airef y el Banco de España, sino también por la Comisión Europea.
Las estimaciones de Airef apuntan a que estas medidas tendrán a lo largo de 2023 un coste presupuestario de 15.332 millones de euros. Además, los ingresos adicionales previstos se verán mermados por los incentivos fiscales aprobados por el Gobierno.
En definitiva, la Airef vaticina que las medidas fiscales aprobadas por el Gobierno en los últimos dos o tres años acabarán restando 500 millones de euros a los ingresos del Estado. Es una suerte de desencanto numérico, una paradoja donde la promesa de alivio económico trae consigo el peso de una deuda aún mayor.
En esta partida de ajedrez fiscal, estamos jugando al borde del tablero, donde el rey parece dispuesto a sacrificarse en pos de mantener la ilusión de control. Pero es un control frágil, como un castillo de naipes, y el viento de la realidad económica amenaza con derribarlo.