Ante la actual estampa del país, resaltan las medidas propuestas por el Círculo de Empresarios, que exige un giro de timón, la instauración de una mayor sobriedad y sensatez en las políticas públicas. En su reciente Carta abierta a los futuros Legisladores y Gobernantes, se ha presentado el retraso voluntario de la jubilación como una acción imprescindible, guiado por un sistema de incentivo. El órgano propone elevar la edad de jubilación a una franja entre los 68 y 72 años.
«Si se jubila antes, habría una leve reducción de la pensión y si se jubila después, un incentivo«, ha argumentado Manuel Pérez-Sala, presidente del Círculo de Empresarios, en una rueda de prensa. Conviene recordar que, a día de hoy, la edad de jubilación se encuentra en 66 años y cuatro meses, y se espera que, en 2027, dicha edad ascienda a los 67 años si no se ha trabajado al menos 38 años y medio.
Este cambio supone un notable incremento, generando cierto revuelo y polémica. Aun así, desde el Círculo de Empresarios, se plantea que la «reciente reforma del sistema de pensiones no asegura su viabilidad, solo retrasa el problema«. Es más, añaden que «es profundamente insolidaria y exigirá un gran sacrificio a los ciudadanos en activo«.
Más allá del tema de las pensiones, la organización manifiesta su oposición a los impuestos que gravan a la banca y las eléctricas, así como a las grandes fortunas. Argumentan que los primeros recaen finalmente sobre los usuarios, mientras que el segundo se presenta como un «impuesto ideológico» que provoca «deslocalizaciones«.
En este contexto, Pérez-Sala ha mostrado un claro descontento hacia la política fiscal del Gobierno de Sánchez y, en particular, hacia el «derroche» de dinero público en el que, según él, ha incurrido. «Los impuestos deben ser ajustados a la capacidad de recaudación. Impuestos que fomenten la generación de empleo, impuestos que no defiendan la ideología de algunos partidos políticos«, ha expuesto el presidente.
La crítica no se ha quedado ahí. Ha denunciado también la realización de «estudios que no son necesarios» y la aplicación de «políticas ideológicas e identitarias», además de la existencia de hasta 22 Ministerios en el Ejecutivo y un alto número de contrataciones públicas.
Pérez-Sala y el Círculo de Empresarios, de esta forma, se presentan como un baluarte de sensatez en medio de un panorama que dista mucho de la prudencia fiscal y económica. Defienden una economía robusta, un sistema de pensiones viable y una política que evite el despilfarro y se centre en las auténticas necesidades de los ciudadanos.