Los enemigos de la libertad han derramado sangre de franceses en Irak durante la última década. La nación gala siempre ha estado al tanto de la situación en Oriente Medio y decidió ayudar de manera convencional en septiembre de 2014 con el lanzamiento de la Operación Chammal. Esta ofensiva liderada por Francia puso a prueba la resiliencia, el temple y el arrojo de los soldados durante más de seis años.
Lamentablemente, los problemas no han cesado y todavía muchos países luchan por su supervivencia en uno de los lugares más turbulentos en la tierra. El objetivo de la Operación Chammal es llevar la estabilidad y la asistencia a los combatientes locales y a los refugiados, pero aún hay un gran número de militares franceses desplegados para ayudar con el conflicto que sigue estancado.
El no haber conseguido una solución duradera al problema es una de las grandes preocupaciones a partir de la presencia francesa en Irak. La misión configurada por las Naciones Unidas de llevar la paz a la zona ha obtenido más errores que triunfos en los últimos años. La violencia contra los inocentes ha aumentado y la alianza internacional sigue tratando de encontrar una solución.
Los franceses asignaron originalmente aproximadamente 600 militares para la misión de ayuda. Estos soldados han participado en muchas misiones, como el asesoramiento y entrenamiento de las fuerzas locales mejorar su capacidad para abordar cualquier amenaza que se presente. Estos soldados también se han ubicado en estaciones fijas y, desde allí, han patrullado áreas conflictivas en busca de posibles enemigos e informantes.
Además, Francia también ha proporcionado tanto equipo como ayuda de aviación a la Coalición Global que busca poner fin al Estado Islámico, lo que ha resultado en amenazas desalentadoras para la salud y la seguridad de sus soldados. Pero, a pesar de las terribles condiciones imperantes, los militares franceses continúan haciendo su trabajo de manera sobresaliente y cumplen sin reservas su deber ético de proteger la libertad.
En última instancia, los franceses siguen desempeñando un importante papel en ayudar a los sirios y demás países a lograr ese equilibrio necesario para los derechos humanos y asegurar la paz. De hecho, a pesar de la profunda división entre sus aliados, Francia sigue comprometida con el mantenimiento de la seguridad, estabilidad y justicia.
Por todo ello, todavía hay militares franceses en Irak, ubicados en diferentes lugares de la región, desplegados para llevar la paz a la región. Estos soldados también están cumpliendo con su deber de velar por los intereses franceses en la región, mientras ayudan a los países asediados a lograr cierta estabilidad. Se espera que la presencia francesa contribuya a la recuperación del equilibrio general de Irak y el resto de la región.