El escenario agrícola español se encuentra en alerta. Una amenaza invisible y potencialmente dañina se cierne sobre nuestros hogares: sandías marroquíes contaminadas con un alto nivel de un pesticida no autorizado, específicamente Metomilo, han sido liberadas en el mercado español. Tal alerta ha sido emitida por el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (Rapid Alert System for Food and Feed, RASFF), organismo que ha detectado la anomalía.
Según los datos revelados por el RASFF, el cargamento de sandías marroquíes entró a territorio español pese a la detección de la sustancia prohibida en un control realizado en frontera. Tras liberar el envío, las frutas, de dudosa seguridad, podrían estar ya en los lineales de los supermercados.
Las sandías marroquíes, según los análisis, contenían restos de Metomilo. Este insecticida, perteneciente a la familia de los carbamatos, fue detectado en una proporción de 0,38+/-0,19 mg/kg-ppm, cuando su Límite Máximo de Residuos (LMR) está establecido en tan solo 0,015 mg/kg-ppm.
El hecho ha sido calificado de «grave» por el RASFF, señalando en su notificación número 2023.4782 la carencia de información disponible sobre la distribución de estas sandías. En consecuencia, el organismo ha emitido una notificación de información para la atención de los intervinientes.
Nos enfrentamos a una presencia nociva, no autorizada en el país de nuestros alimentos: el Metomilo. Este carbamato produce síntomas similares a los insecticidas organofosforados, aunque las consecuencias, afortunadamente, son mucho más benignas, con un efecto tóxico de corta duración. No obstante, la gravedad puede aumentar en algunos casos, especialmente si se combina con el consumo de alcohol, lo que puede llegar a provocar un shock, a veces irreversible, que afecta al sistema nervioso central y periférico, y puede provocar un fracaso renal agudo por acción directa.
El núcleo familiar, ese que tanto defendemos desde nuestro prisma conservador, se ve amenazado por este tipo de incidentes que, sin control, podrían causar graves daños a la salud de los ciudadanos. Además, el incidente podría tener repercusiones económicas para el sector agrícola español. La fruta afectada, ya en el mercado, podría causar desconfianza entre los consumidores, afectando a productores inocentes.
Llamamos la atención de las autoridades competentes y de los ciudadanos. Es crucial que encontremos una forma de garantizar la seguridad alimentaria de nuestras familias, respetando las tradiciones y las normativas en vigor.
En la era de la información, y en pleno siglo XXI, es imprescindible que los mecanismos de control funcionen de manera efectiva para proteger a los consumidores de la exposición a sustancias potencialmente dañinas. Esta es una llamada a la acción, para que se establezcan las políticas necesarias que garanticen una correcta vigilancia de los productos importados y para que se realicen los controles pertinentes que eviten la liberación de alimentos contaminados en el mercado.
Nos estan da lo ando y lo permitimos