En una censura sin precedentes, Dr. John F. Clauser, copartícipe del Premio Nobel de Física 2022, ha catalogado la narrativa de emergencia climática como «una peligrosa corrupción de la ciencia que amenaza la economía mundial y el bienestar de miles de millones de personas».
El Dr. Clauser, un distinguido físico teórico y experimental, compartió en 2022 el laurel Nobel por su trabajo en la década de 1970 que demostró que el «entrelazamiento cuántico» permitía a partículas como los fotones interactuar a grandes distancias, desafiando las leyes de la velocidad de la luz.
Ha criticado la concesión del Premio Nobel 2021 por el trabajo en el desarrollo de modelos informáticos que predicen el calentamiento global, apoyando a una coalición de científicos y comentaristas que postulan que una discusión informada sobre el CO2 reconocería su importancia para mantener la vida de las plantas.
En una declaración emitida por la coalición CO2, el laureado con el Nobel, John Clauser, seleccionado para la Junta de Directores de la Coalición CO2, afirmó que «no hay crisis climática y que el incremento de las concentraciones de CO2 beneficiará al mundo».
Criticó los modelos climáticos prevalentes por ser poco fiables y no tener en cuenta el dramático efecto de estabilización de la temperatura de las nubes, que, según él, es más de cincuenta veces más potente que el efecto de forzamiento radiativo del CO2.
Dr. Clauser subrayó que las nubes blancas y brillantes son, claramente, la característica más conspicua en las fotos satelitales de la Tierra. Estas nubes son producidas en su mayoría por la evaporación del agua de mar por la luz solar, cubriendo de una tercera a dos terceras partes de la superficie terrestre.
Gran parte de la energía incidente en la Tierra está en forma de luz solar visible. Las nubes reflejan la energía de la luz solar de vuelta al espacio antes de que pueda llegar a la superficie de la Tierra para calentarla.
Según el laureado con el Nobel, esta creación de una cubierta de nubes reflectantes proporciona un termostato natural que regula la temperatura de la Tierra con un poderoso efecto de retroalimentación negativa. Asegura que este efecto regulador de la temperatura es más de cincuenta veces más potente que el efecto de calentamiento del CO2.
La declaración del Dr. Clauser apuntó que el «Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático y la Academia Nacional de Ciencias reconocen repetidamente que los efectos de las nubes representan, de hecho, la mayor incertidumbre en sus predicciones climáticas».
Además, agregó que «El análisis detallado del IPCC sobre las nubes (AR5) y su efecto en el clima no comprende totalmente los efectos de las nubes, e ignora por completo este dominante proceso de transporte de energía».
De acuerdo con el Dr. Clauser, «La narrativa popular sobre el cambio climático refleja una peligrosa corrupción de la ciencia que amenaza la economía mundial y el bienestar de miles de millones de personas».
«La ciencia del clima mal orientada se ha convertido en una masiva pseudociencia sensacionalista. A su vez, la pseudociencia se ha convertido en un chivo expiatorio para una amplia variedad de otros males no relacionados. Ha sido promovida y extendida por agentes de marketing empresarial, políticos, periodistas, agencias gubernamentales y ecologistas igualmente desorientados», sostuvo.
«En mi opinión, no existe una verdadera crisis climática. Hay, sin embargo, un problema muy real con la provisión de un nivel de vida decente para la creciente población mundial, especialmente dada una crisis energética asociada. Esta última está siendo exacerbada innecesariamente por lo que, en mi opinión, es una ciencia climática incorrecta», dijo.
No obstante, el informe 2023 del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático pide a los países que intensifiquen sus compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero lo suficiente para disminuir las emisiones globales en un 60 por ciento para 2035.
Es que cambios climáticos, a habido siempre, y bueno, el Ártico, con más hielo que nunca, el pasado verano antártico, con más frío que nunca, y siguen con sus trolas