Más allá de la rutina política, se hace necesario un ejercicio de memoria que desvele los hilos ocultos del mandato de Pedro Sánchez, un gobierno marcado por el desencanto y el espejismo. Recordar es resistir, decía la filósofa Hannah Arendt, y en esa resistencia nos hallamos.
La tesis de Pedro Sánchez, un mar de dudas y sombras, flota en el aire aún sin respuesta. El asunto de los acuerdos con Marruecos y la sucesiva crisis con Argelia no ha hecho más que incrementar el desconcierto. ¿Por qué se precipitó tal desenlace? Es algo que la ciudadanía todavía se pregunta.
La noche nos trae sus misterios, y entre ellos destaca la visita clandestina de Delcy Rodríguez, la maleta y el encuentro furtivo en territorio español. El «no dormiría tranquilo con Podemos» cobra un amargo sentido de ironía, ahora que vemos los pactos con Bildu, un jaque a la democracia y un asalto a los principios constitucionales.
El asunto del CIS de Tezanos y el de la Fiscalía de Dolores Delgado es otro caso que merece un análisis cuidadoso. La fiscal, ahora ascendida de manera ilegal a Fiscal de Sala, ha sufrido múltiples reprobaciones y sin embargo, sigue escalando posiciones. Este hecho, sin duda, merece un espacio propio en esta recopilación.
El asalto al Tribunal Constitucional y la posterior incursión en el INE hacen pensar que hay una estrategia subyacente, una tendencia preocupante a minar las instituciones fundamentales de nuestra democracia.
A estos se añade el recuento alarmante de 1500 asesores elegidos a dedo, la implementación de la ley del «sólo sí es sí», y los indultos que parecen más bien favores políticos que actos de justicia.
Asistimos a un cúmulo de actuaciones que parecen ir en contra de los intereses de la ciudadanía. Los Estados de Alarma declarados inconstitucionales, la presencia inconstitucional de Iglesias en el CNI y el uso del decreto ley como única forma de legislar, por mencionar algunos.
El manejo escandaloso de los votos por correo, con las imágenes de miles de votantes que no han podido ejercer su derecho, y el caso del jefe de gabinete de Sánchez, puesto a dedo en Correos, cobrando una cifra astronómica y llevando a la compañía a pérdidas millonarias.
¿Y qué decir de las declaraciones reveladoras de Sánchez? -«¿De quién depende la Fiscalía? Pues eso.»- Dichas palabras suscitan reflexiones profundas sobre el estado de nuestra democracia.
La lista es larga y no deja de crecer: la deuda alcanzando cifras récord, el maquillaje de cifras de paro, la eliminación del delito de sedición, la negativa a utilizar el español en las escuelas catalanas, la ley de educación sesgada y sin apoyo, la Ley de Memoria Histórica con Bildu… y así podríamos seguir.
No olvidemos tampoco la instrumentalización de RTVE, la utilización partidista de las instituciones públicas, el espionaje al móvil de Pedro Sánchez o el uso del Falcon como si fuera un transporte privado.
Los escándalos siguen aumentando con los impuestos creados para atacar a Madrid y Andalucía, el ataque a los agricultores de Levante o Huelva, la ley Trans, la mala gestión de la inflación, el aumento de la pobreza, el empeoramiento en el índice de libertad de prensa y democracia, entre muchos otros.
Recordamos, entonces, para resistir, para construir, para avanzar. Porque la memoria no es un pozo oscuro, sino un faro en la oscuridad, que nos guía a un futuro más honesto y digno.