Mientras las encuestas nos advierten de que Ciudadanos, ese partido naranja que en sus tiempos dorados llegó a conquistar corazones y urnas, ahora parece condenado a la irrelevancia en la Comunidad Valenciana, no puedo evitar preguntarme: ¿es que acaso hemos olvidado la necesidad de un partido liberal en nuestra comunidad? En esta era de populismos y polarización, en la que los extremos se empeñan en hacernos creer que solo ellos tienen las respuestas, es más importante que nunca contar con un partido que abogue por un enfoque equilibrado y centrado en las soluciones reales.
En los últimos años, Ciudadanos ha sufrido una serie de tropiezos y malas decisiones que les han costado caro en las urnas, tanto a nivel nacional como autonómico. Pero, como dice el refrán, «no hay mal que por bien no venga». Las encuestas, esos oráculos modernos que parecen dictar nuestro futuro político, dan pocas opciones a Ciudadanos para entrar en gobiernos. Sin embargo, no podemos permitirnos desechar el papel que puede jugar un partido liberal en la Comunidad Valenciana.
Nuestra región necesita un contrapeso a las políticas de derroche, endeudamiento y clientelismo que han imperado en los últimos años. Un partido que defienda la generación de empleo a través de políticas públicas sensatas, que promueva la reducción de trabas burocráticas y permita a las empresas florecer en un ambiente de estabilidad y seguridad jurídica. Ciudadanos, con sus propuestas en materia económica y su visión liberal, podría ser ese contrapeso.
No nos engañemos, los partidos tradicionales y populistas solo nos han llevado a un callejón sin salida, en el que la Comunidad Valenciana se encuentra estancada y lejos de alcanzar su máximo potencial. Si queremos un futuro próspero y competitivo para nuestra región, es fundamental contar con una voz liberal que nos recuerde que el progreso no se logra a base de promesas vacías y demagogia, sino con políticas racionales y efectivas.
Por supuesto, Ciudadanos no es perfecto y necesita una renovación interna que le permita recuperar la confianza de los ciudadanos. Pero, en lugar de dejarnos llevar por las encuestas y condenar al partido al ostracismo, deberíamos darle una oportunidad para demostrar su valía y compromiso con la Comunidad Valenciana.
En conclusión, un partido liberal como Ciudadanos es necesario para el futuro de la Comunidad Valenciana. Si bien las encuestas no auguran un panorama halagüeño para ellos, es crucial no subestimar su potencial y la importancia de su presencia en el escenario político valenciano. A fin de cuentas, una democracia saludable requiere de opciones diversas y equilibradas, y no podemos permitirnos renunciar a esa diversidad en favor de la polarización y la demagogia.