Frente a un escenario de declive en la producción de cereza en la Comunitat Valenciana, LA UNIÓ llama a las armas. Esta organización defensora de los productores agrícolas solicita con urgencia ayudas directas para los productores de cereza de la región que, durante cinco temporadas consecutivas, han sufrido bajas cosechas debido a los desafíos climáticos.
Las incesantes lluvias de mayo han devastado las cosechas en la mayoría de las zonas productoras. El impacto ha sido especialmente fuerte en la región de la IGP Cerezas de la Montaña de Alicante, donde las pérdidas totales son la norma debido a las precipitaciones, la sequía anterior y las altas temperaturas durante la floración.
La crisis que se cierne sobre productores, cooperativas y empresas está provocando una considerable disminución de la zona cultivada. “Sin duda, es uno de los cultivos más afectados por el cambio climático”, asegura LA UNIÓ.
Según los últimos datos publicados de 2021, la Comunitat Valenciana cuenta con 2.522 hectáreas de cerezos, de las cuales el 74% se encuentran en la provincia de Alicante. Sin embargo, en los últimos seis años, casi 400 hectáreas de cerezos han sido abandonadas, un 13% de la superficie total. El 74% de las tierras perdidas en la Comunitat Valenciana se ubican en Alicante, en su mayoría en la zona protegida por la IGP Cerezas de la Montaña de Alicante.
LA UNIÓ también señala que el seguro de cultivo actual no está en sintonía con las necesidades del sector, ya que no se ajusta a las condiciones cambiantes impuestas por el cambio climático ni refleja la realidad productiva de los agricultores.
Para remediar esta situación, LA UNIÓ propone una serie de medidas, entre ellas, ayudas para los agricultores que han sufrido pérdidas superiores al 30% de su producción, y que no están cubiertas por el sistema de seguros agrarios combinados. También sugiere beneficios fiscales, bonificaciones en las cuotas de la Seguridad Social y líneas de crédito preferenciales para los productores más afectados.